Título: El poeta que prefería ser nadie
Autor: Jaime Fernández
Editorial: Hermida Editores
Nº de páginas: 204
ISBN: 9788494360626
1ª Edición: Abril, 2015
Sinopsis de la editorial Literatura y vida se mezclan en los diecinueve ensayos que componen El poeta que prefería ser nadie, de Jaime Fernández, pero en modo alguno se agotan en sus páginas. Cada uno de ellos es un puente para cruzar a orillas donde explorar otras lecturas. Más que ofrecer respuestas, su autor sugiere ideas en torno a cuestiones que en algunos casos trascienden el mero hecho literario, como la necesidad de contar historias, el problemático antagonismo entre imagen y palabra, la oportunidad del hablar y del callar, “el descenso al mundo de los muertos y el regreso al hogar” –los dos temas fundamentales para el escritor, según Sándor Márai- o el compromiso con los libros que leemos.
El autor aboga por el fomento de una lectura de calidad de libros que realmente la merezcan y que enriquezca el acto de leer. También reflexiona acerca de los motivos por los que se prefieren los escritos personales de los autores a sus libros canónicos, las dificultades del escritor ante la palabra o el futuro incierto de las obras literarias.
Además, algunos ensayos versan sobre la vida y las obras de autores tales como el suizo Robert Walser, “el poeta que prefería ser nadie”; Herman Melville y su misterioso relato Bartleby, el escribiente; la correspondencia epistolar de Kafka con su novia Felice, o Fahrenheit 451, la inquietante novela en la que Ray Bradbury fantaseó con la ficción de un mundo en el que los libros son perseguidos en una sociedad dominada por las pantallas.
Opinión
Reseña para la editorial Anika entre Libros.
A través de diecinueve ensayos, Jaime Fernández
hace un profundo estudio sobre el estado de la literatura
actual, al mismo tiempos que aboga por explorar
nuevas lecturas y por el fomento de una lecturad
de calidad y enriquecedora.
En otros de sus textos nos presenta la vida y obra de
determinados autores, pero desde un aspecto diferente, mostrando
qué es lo que necesitaban para poder escribir.
Esta breve selección de ensayos es de una profundidad
singular.
Jaime Fernández no sólo consigue que
reflexionemos sobre el acto de leer y sobre la calidad de muchas de
las lecturas que abarrotan nuestros salones, sino sobre el hecho
que puede llevar a un autor a escribir y lo exigente que puede
llegar a ser el arte de la escritura, algo que seguro que muchos
valoran muy poco, pero que después de esta aproximación queda muy
patente que el acto de escribir es algo más que hilar palabras en
una hoja en blanco.
Pese a lo que pueda parecer no es un texto complejo, por lo que
podría ser de recomendada lectura para alumnos de finales de la ESO
o Bachillerato ¿por qué? Porque son ellos los futuros grandes
lectores, porque aún están a tiempo de alcanzar ese gusto por los
clásicos y dejarse atrapar por un escritor que escribe algo
diferente a los tan populosos best-seller.
Gracias a este autor he conocido algunas circunstancias de otros
autores, a los que he leído pero que desconocía completamente. Que
mejor que saber los motivos de la prosa de Kafka o los
extraños paseos de Kierkegaard. Singularidades que tal vez a pocos
importen, pero que sí influyen para el conocimiento y el placer de
degustar la obra de autores insignes.
Así, Jaime Fernández nos llevará a profundizar
sobre Cervantes, Robert Walser, Zola, Kafka, y
otros. Por otro lado nos menciona el valor de los
clásicos, a los que nos anima a acercarnos sin reparos.
Así mismo nos habla de las dificultades que entraña el
arte de escribir. Cada escritor necesitaba de su
momento y su espacio; cada uno tenía unas preocupaciones diferentes
por el estilo, según que época, y el uso de los adjetivos, otro
tema que me ha llamado la atención.
Quizá el ensayo que más me ha impactado ha sido el que trataba
sobre el fin de la literatura, no sólo a causa del
fuego, ni de la piratería, sino de la calidad de la literatura,
porque, eso hay que reconocerle toda la razón, la literatura de hoy
en día, en muchas ocasiones, es de usar y tirar, como casi
todo.
El autor también nos deja sentencias para el debate y
discusión. Una de las que más me ha gustado es la que
trata sobre que si alguien desea divertirse de verdad que no lea,
la lectura no es para divertirse, es para aprender. La diversión
está en la televisión, en el cine, en el paseo, la playa, etc.
En resumen, es un libro interesante y que todo aquel que ame la
literatura de verdad debería, no solo leer, sino degustar y
analizar.
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