Título Ni rabietas, ni conflictos
Autor Rosa Jové
Editorial La esfera de los libros
Nº de páginas 304
ISBN 9788499700113
Año 2011
Colección Autoayuda y superación
Sinopsis
Cuando un niño está enojado o irritable, lo que busca es satisfacer sus necesidades no cubiertas. Esas rabietas que a tantos padres desesperan no son sino las ideas propias del niño enfrentadas a los deseos de sus padres: no entiende lo que pasa, se ofusca y estalla emocionalmente. Conforme crece, estas rabietas se pasan pero los conflictos familiares siguen formando parte de la convivencia.
Para Rosa Jové, con estas reacciones un niño camina hacia su independencia y la defensa de sus propias ideas. Se trata de una etapa que es preciso pasar y que los padres deben aceptar y entender, sin recurrir a los castigos, porque de lo contrario contribuirán a hacer crónico un problema que tiene fecha de caducidad.
La autora de Dormir sin lágrimas y La crianza feliz –ambos publicados con mucho éxito por esta editorial– va más allá y nos ofrece también soluciones definitivas para los problemas de comportamiento hasta los 12 años. Y defiende, con sólidos argumentos, la idea que transmiten estas palabras: «Quiéreme cuando menos me lo merezca porque será cuando más lo necesite».
# Exigir a los hijos lo que no les enseñamos
# El castigo como fracaso del educador
# Cómo prevenir los problemas de convivencia
# Coherencia y empatía: bases de una crianza feliz
# El respeto de la intimidad
Opinión
Este libro lo compré el año pasado cuando mi peque empezó con las tan temidas rabietas y comencé a desesperarme. Aunque la niña es buena había momentos en los que le entraba la locura (por nada en general) y no había forma de razonar con ella.
La verdad es que el libro me ha venido muy bien, aunque sólo sea para darme cuenta de que la sociedad que tenemos ya no está preparada para tener niños. Ahora pretendemos que se comporten como si fuesen pequeños adultos desde que nacen y nos olvidamos de lo que todavía son: niños, que tienen la mentalidad de niños y que ven las cosas de una forma más natural que nosotros.
Me acuerdo de cuando era niña, una época en la que lo prioritario era el bienestar del niño, bueno había de todo, pues el uso del cinturón como correctivo también estaba a la orden del día, pero la gente con mucha capacidad de amor procuraba el bienestar del niño sin tantas complejidades como hay ahora.
Como sociedad hemos evolucionado mucho y creemos que los infantes también, pero ellos siguen teniendo los instintos primarios y por mucho que nos empeñemos no podremos luchar contra eso. Podemos intentar ponernos en su mente, suavizar las cosas (esto desde el lado positivo) o conseguir que nuestro hijo nos obedezca porque nos tiene miedo. Personalmente, creo que esta última opción no es viable. Me gustaría que mis hijas me obedecieran porque quieren y porque confian en mí lo suficiente como para creer que las normas que yo impongo son correctas. Esto es muy difícil, pero espero lograrlo.
Además de todas estas reflexiones (quizá también compré el libro porque sabía que esta autora iba a coincidir conmigo en muchos aspectos y así no me sentía tan mal como madre y educadora) también tiene otras que hacen mucha gracia, pero que por desgracia son muy reales.
Recomendable para todas aquellas madres (primerizas y sin serlo) que no sólo quieren contar con la opinión de madres, suegras y vecinos.
Valoración: 10/10
No suelo leer muchos libros de autoayuda y en este caso es un tema que de momento no me puedo aplicar, pero bueno, está bien tenerlo como referencia
ResponderEliminarbesos
Yo suscribo las palabras de Tatty, aunque también reconozco que mucho ha cambiado en los últimos viente años. ¡Feliz viernes!
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