La semana pasada he disfrutado con Eugénie Grandet de Balzac, un libro que me encantó (algo que no es muy difícil pues sí hay algo que me apasiona, además de las novelas históricas y policíacas, son los clásicos) y con Don de Lenguas de Rosa Ribas y Sabine Hoffman (este lo finalizaré esta tarde), una novela de intriga ambientada en la postguerra.
Esta semana decidí ver la versión que nos ofrece Bill Bryson sobre Shakespeare, y me adentraré en una aventura juvenil ambientada en la Alemania del Reich.
Shakespeare de Bill Bryson
De Hamlet, Otelo, el rey Lear y Macbeth conocemos mucho, pero del ser humano que los concibió apenas sabemos nada. Armado de un sano sentido común y de su admirado don comunicativo, Bryson examina datos, suposiciones y mitos para trazar una semblanza lo más precisa posible del dramaturgo y poeta de Stratford upon Avon. El resultado es una fascinante indagación en la vida (hasta donde alcanza la certidumbre) y el tiempo de Shakespeare. Bryson evoca la Inglaterra isabelina, con el azote de la peste, su expansionismo imperialista, la emergente capital londinense y los usos y costumbres del mundo teatral. Y en este marco histórico, que depara sorpresas notables y proporciona un marco muy enriquecedor para el lector actual de Shakespeare, surge la figura del poeta. Bryson no omite ninguno de los aspectos más controvertidos acerca de él: apariencia física, extracción social, autoría de las obras, vida familiar, supuesta homosexualidad, relación con los poderosos y con el público... Y todo ello sin caer nunca en la pedantería académica. Muy al contrario, el estilo ágil y ameno, salpicado de muchos elementos humorísticos, y la voluntad de componer un texto conciso y directo nos brindan una lectura apasionante, que además de informativa y rigurosa constituye una divertida guía a uno de los mayores misterios de la literatura universal.
Oliver y Max de Ángela Armero
A sus ocho años, Oliver no recuerda otra cosa que el ruido de las sirenas y el zumbido de los aviones sobrevolando el cielo de un Berlín devastado. Su madre trabaja como enfermera del hospital de la Charité y se muestra cada vez más crítica con los valores del régimen, mientras que su padre, Max, es cocinero del Reich y parece no advertir la magnitud del horror nazi. Una tarde, cuando Oliver y su madre regresan a casa, una explosión divide irremediablemente sus destinos...
Inspirada por las salvajes prácticas del programa Aktion t4, Oliver y Max es una conmovedora historia sobre el amor entre un padre y un hijo, pero también, y ante todo, una valiosa lección vital: en los peores momentos, el ser humano es capaz de dar lo mejor de sí mismo.
Mientras seguimos con Pan y circo de Yeyo Balbás como lectura nocturna y La leyenda del ladrón de Gómez-Jurado para los viajes.
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